La historia de un polo peculiar

Un polo, ¿una historia?, ¿una leyenda?, ¿un mito?...

Nos remontamos a la época preligainterniana para acordarnos del inigualable Fano y su polo. Para ello hemos entrevistado a uno de los pocos que afirma haber estado presente durante la consecución de los hechos, Carlos Huesa Berral.

Según la información que nos ha facilitado el joven lateral de la U.D. La Mosca, la historia es real, y sucedió de la siguiente forma:

Era el último día de colegio de Stéfano Ureña Arias “Fano”, sus padres habían decidido cambiarle de colegio debido a la lejanía de este nuestro colegio respecto a su casa.

Fano era un chico extrovertido, se llevaba bien con todos y siempre mostró gran educación en todo momento; era un “showman” de los de antes, de la vieja escuela. Se tiraba por las escaleras, se estrellaba contra paredes, rompía techos, etc. El sueño de todo niño y la pesadilla de cualquier profesor medianamente responsable.

Fano, decidió quitarse el polo del uniforme para que éste fuera firmado por todos sus compañeros el día de autos. Y una vez firmado, no se lo pensó dos veces, salió antes de clase debido a la ausencia de un profesor y a que su hora en estos aledaños había llegado a su fin.

Y, sin preámbulos, emprendió su marcha hacia el campo verde acompañado por mí y por “Berts” Martínez.

Una vez allí comenzó a escalar uno de los focos del fondo este del santuario de la liga interna (el del sector norte concretamente) cual king-kong sube un Empire State Building con su polo en mano, el cual recordaba a la actriz Judie Crawford en la ya mencionada película. Ya arriba, ató fuertemente su polo a la cumbre como si de una bandera constituyente se tratase.

Sí, se jugó la vida, pero su recuerdo ha estado desde entonces allí, en el campo verde, un poco desgastado pero aún con las firmas de sus compañeros y el olor embriagador de su fragancia.

Carlos Huesa Berral, Málaga 29-9-2011

Desde este humilde blog, queremos tener un momento para el recuerdo de Fano, una gran persona que dejó marca en nuestros corazones.

Vista del polo desde abajo.

Ondeando en el cielo del colegio.

Escrito por Manuel Ibáñez de Villegas con la inestimable ayuda de Germán Centeno y Antonio Alarcón